Involución Democrática en Venezuela

-Axiología política-

Abordar el tema de los procesos democráticos en Latinoamérica, muy especialmente en Venezuela pasa necesariamente por un profundo estudio de las instituciones, la gobernabilidad, la cultura política y aún las vertientes que afectan la Nación en estos últimos años. La normalización de la mediocridad, estandarización del neopopulismo, fanatismo basado en la ignorancia y el desconocimiento que desarrollaron y establecieron una anti-política en medio de los cambios que, aunque necesarios en un momento de crisis política, equívocos en sus empeños y en su instauración. 

Se aclara en este punto que asociamos la anti-política como todo acto o posición que degrada la política de su esencia y objetivo positivo. No se asume únicamente como la acción ideológica que busca desaparecer los partidos políticos, considerados necesarios para la propia política. 

No se puede negar que existía una crisis profunda en la política venezolana agudizada en la propia idiosincrasia nacional, crisis acentuada en los partidos políticos que, aunque la base necesaria para sostener ideologías o pensamientos comunes de grupos, posicionaron sus ideologías por sobre los valores propios de democracia. 

Partidos políticos que terminaron por desequilibrar los valores sociales aún el valor de la democracia y la política en contra del acuerdo plural y consenso que ciertamente otorga valor positivo a la democracia como forma de gobierno. 

La decadencia partidista y su precariedad, la inestabilidad de la calidad de vida de nuestros pueblos, la crisis económica y la pérdida de la confianza en los sistemas de partidos políticos trajeron el asentamiento silencioso de la anti-política, como fueron algunos casos latinoamericanos en los años 90 que reflejaban proféticamente lo porvenir políticamente hablando, Fujimori en Perú, Carlos Menem en Argentina, Evo Morales en Bolivia, la condición política nacional al momento de llegar Rafael Caldera en su segundo gobierno y Hugo Chávez Frías en el año 1998.

Ante la crisis del momento y en la vulnerabilidad emocional del descontento, los venezolanos fueron seducidos en promesas de cambios circunstanciales que profundizaron en la crisis extendiendo a lo social, económico y aún más en lo político.

La crisis de partidos políticos en la falta de representatividad, identidad de la población, la falta de enlace con las masas, la idiosincrasia venezolana que trajo informalidad a la política, propiciaron la llegada del chavismo y aún está propia crisis que aún es arrastrada no ha permitido que el chavismo salga democráticamente del poder. 

¿Cómo desarrollar o construir una nueva democracia con estabilidad y viabilidad en el sostenimiento y alcance de sus objetivos si los principales actores están en exponencial descomposición? ¿Cómo pretender hacer progresar la democracia desde el punto cíclico de la oclocracia que actualmente sostiene Venezuela?

La descripción analítica de la condición política en Venezuela es de una involución democrática, producto del cambio de valores y estableciendo una anti-política, que cambió el valor de la política en una axiología negativa para la sociedad, llevando al rechazo aún del propio ejercicio político. 

Ejemplo de ello, el deseo de alcanzar una democracia moderna y abierta, participativa llevó a adoptar la representación proporcional, y ‘democratizar’ por medio del electoralismo constante, popularizando el ejercicio electoral por medio de referendos, plebiscitos o cualquier acto que diera lectura de democracia. Lo anterior, aunque necesario, sin el equilibrio garante del ejercicio político.

En el caso contemporáneo vigente venezolano, parte de la axiología negativa resulta de basar el ejercicio político solo a campañas electorales, agudizando aún más la crisis de los partidos políticos al separar nuevamente el contacto de la raza política de la población que potencialmente le elige. 

Lo anterior, posicionando hegemónicamente el neopopulismo reinante que entregó la sensación popular que realmente las masas gobernaban. Lo cual no fue más que la antesala de la propia involución democrática que hizo retroceder y estancar la sociedad a un no entendimiento político. Esto es visible en la crisis política reflejada en el dualismo, la africanización social de Venezuela, y la guerra contra el pluralismo. La personalización del poder por parte del Chavismo, llegar ‘para poner orden’ y realmente establecer el caos como línea política de gobierno. 

Regresamos e involucionamos al caudillismo de finales del siglo XIX. Volvimos a ser gobernados por asaltantes de diligencias, y que cada crisis social, política y económica llevan a decisiones improvisadas que axiológicamente destruyeron los conceptos de democracia y política en Venezuela. 

Seguimos esperanzados, llegó una joven raza política con principios y valores que recuperarán la axiología positiva de la democracia y el ejercicio político. Que desarrollarán la sociedad y traerán el entendimiento político.  La cordura en la dirección de la Nación a un progresismo lleno de cambios. 

Ing. Alfonso Campos Jessurun

Secretario General Nacional – El Cambio

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