Efectos del Covid-19 en las empresas de producción

A veces estamos tan enfocados en las medidas preventivas, el miedo, pánico, incertidumbre de lo que está pasando durante el tránsito de la pandemia, que se nos olvida reflexionar un poco sobre los efectos que está ocasionando de manera directa en todas las empresas de producción, incluyendo la del rubro alimenticio, el cual, sufriría consecuencias que se palparán en un futuro no muy lejano. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recibido solicitudes de más de 80 países, donde su mayoría presentan economías emergentes (mucho antes de la propagación del virus) para subsanar los caos económicos que se puedan exteriorizar por el covid-19.

Asimismo, la producción de Venezuela está en el nivel más bajo nunca antes vivido en toda su historia económica, este hecho la ha posicionado en su peor crisis financiera en el mercado latinoamericano durante su última década. Si bien sabemos que nuestra sociedad venezolana carece de inversionistas extranjeros, mercados de capitales sólidos, empresas privadas, también sabemos que las que existen a nivel general no dan abasto para satisfacer las necesidades básicas que el estado demanda, aunado a este hecho, el golpe económico que esta produciendo la pandemia va a generar una disminución en la capacidad instalada de cada empresa, entre muchos factores está la reducción de las exportaciones de materia prima, insumos, y todo aquello que las empresas o industrias necesitan para poder producir sus bienes y servicios.

No obstante, la disminución y paralización de las industrias de producción en nuestro país generarán desempleo, más inflación, y sin duda alguna un absoluto declive en el Producto Interno Bruto. Se puede correr con el riesgo, que la economía venezolana desemboque una crisis social en el país por el desabastecimiento que la misma ha presentado de manera constante y que se acentuará con la presión económica global que se está generando por la pandemia.

La crisis sanitaria se ha convertido en un gran reto para todas aquellas industrias, empresas, fábricas, que producen a pequeñas, medianas o grandes escalas porque de una u otra forma han tenido también que apegarse a las medidas preventivas, bien sea por cierre de comercios, ausencia de mano de obra, falta de financiamiento, carencia de combustible para el canal de distribución, en fin, son efectos que irán saliendo y ahogando cada vez más a la sociedad.

Por otro lado, este tipo de economías emergentes como la que vivimos en Venezuela, son las primeras que corren a las instituciones financieras en el mundo, como el FMI para solicitar préstamos. Es importante aclarar, que estos prestamos no cubren el 100% de la necesidad de una economía emergente, por ello, necesitamos que se abra de manera inmediata un canal humanitario en Venezuela, sin distingo político, para poder recibir y distribuir primeramente a las poblaciones más vulnerables la ayuda que nuestra sociedad amerita desde hace muchos años, que va mucho más allá de insumos médicos para detectar quién tiene y quién no el covid-19.

Por consiguiente, si la economía global se sigue cerrando habrá muchas consecuencias no solo en esta generación sino en la venidera, por eso deben tomarse medidas que favorezcan al país entero y paralelamente a los productores, con las mejores estrategias micro y macroeconómicas, con el objetivo de minimizar y flexibilizar las adversidades que ya se están realzando en nuestro país, un ejemplo de ello es la caída abrupta del crudo venezolano.

Cabe destacar, que un buen liderazgo financiero tiene la capacidad para garantizar que el país no se vea afectado en un 100% de una catástrofe económica, y países que no tengan este tipo de liderazgo lamentablemente son los que hacen que una sociedad entre en un reloj sin baterías, generando que todo se paralice, se estanque y no haya un avance progresivo que sustente y avale el desarrollo de una nación.

Desde hace mucho tiempo el sector productivo necesita con urgencia un apalancamiento financiero para impulsar la economía venezolana, con el fin de contrarrestar los efectos de una recesión económica global, regional o nacional, para ello, se necesitan que las entidades bancarias y las instituciones financieras generen oportunidades que prioricen lo que hoy el país necesita.

Economista Diego Loreto

El Cambio – Aragua

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